Nacer, crecer, reproducir y morir. Estos son los cuatro verbos que dominan el camino de la vida.
Este es el esquema funcional, que nos enseñan en el colegio desde pequeños, los sucesivas etapas de la vida que una persona, sea más rica o más pobre, más guapo o más feo, más alto o más bajo va a pasar. Pero en esta sucesión de palabras clave, se ha omitido una muy importante, CONTROL.
Nuestra vida, queramos o no, siempre va a estar sometida a un dominio exhaustivo de los acontecimientos. Yo muchas veces peco de ser una persona muy realista. Aunque no queramos reconocerlo cada acción que realizamos tiene una serie de matices redireccionados a un control de poder.
Cuando nacemos
Queremos tener el control de hablar, andar, nadar, leer, escribir, en definitiva aprender para llegar a la etapa de crecer.
Cuando crecemos
Queremos tener el control de perfeccionar cada aptitud aprendida durante los primeros años de vida, cambiar los cánones establecidos y revolucionarnos contra el dichoso control establecido. Una paradoja interesante porque no nos damos cuenta de que el control, de una forma u otra sigue presente en uno mismo.
Cuando llegamos a la etapa de reproducirnos
¡Ay esta fase¡ Para mi gusto es la mas compleja, y al mismo tiempo, la mas fácil. Pero lo más importante de todo, que no se te olvide, tienes que mantener el control.
Supuestamente ya tienes tu trabajo fijo, tus responsabilidad, tu novi@/marido/mujer, tu perro, tu hipoteca, tu hijo… ¿Hola? ¡Qué vida es esa! Llena de cosas, llena de jaleo. No digo que formar una familia sea un horror, para nada, es una experiencia muy bonita, pero lo que conlleva tener todas esas cosas bajo control se llama CATÁSTROFE VITAL.
Sorteamos tiros virtuales ¿Quién quiere uno en la sien? No se vosotros, pero yo pensar en ese control supremo me supera. Me supongo que con el paso del tiempo, te das cuenta, que al fin y al cabo la sociedad nos impone o mejor dicho nos ha acostumbrado a que las cosas tienen que ser así, y no hay más tu tía.
CONTROL, CONTROL, Y MÁS CONTROL.
Muy bonito todo, hasta que te paras a pensar un poquito en ti y te planteas las cosas, y te vuelves un@ revolucionari@ de la vida porque estás en contra de la sociedad, y de los cánones establecidos. Pero, ¡VIVA LA REVOLUCIÓN!
Con una actitud positiva y con calma todo se resuelve mejor, aunque haya días que no sepas ni como manejar la situación, mantén la calma no mantengas el control, porque con imposición las personas no pensamos bien, te impedirá afrontar las situaciones e imprevistos de la manera agradable dentro de lo que cabe.
Y finalmente, la etapa más triste y sombría, la muerte
Todos tememos que llegue ese momento, y no creo que sea por abandonar este mundo impuesto, sino porque no hemos podido ser del todo felices y aprovechar los momentos y oportunidades que nos ha brindado la vida.
Yo he escuchado decir a muchas personas mayores, no me quiero morir, todavía me faltan por hacer un montón de cosas en la Tierra. ¡Qué coño estamos haciendo que no estamos haciendo las cosas que nos dan la plena felicidad!
Seamos realistas, no me refiero a estar todo el día tumbado sobre una hamaca al sol con una Estrella Galicia en la mano, pero oye disfrutar de las pequeñas cosas, y de las situaciones diarias que nos ocurren, eso podría ser una buena acción-reacción contra el CONTROL.
Os dejo esta reflexión que tuve un día de colapso mental. Seguro que más de un@ se siente identificado. Y este vídeo maravilloso que me inspiró para hacer el artículo. ¡No dudéis en verlo, es magia!
Tienes mucha razón en todo lo que dices. Nos educan y educamos en correr y en hacer cosas para tener una educación, un trabajo , una vida llena de imposiciones , formar una familia y no pensar en uno mismo casi nada. Yo que ya estoy en la tercera edad me he dado cuenta que hay que vivir a tope y ser muy pero muy feliz . Menos cosas y más felicidad , más querer de verdad y menos hacernos daño. La vida son cuatro días y a mi me queda uno y medio jajaja jajaja. Ah el video es FANTÁSTICO Y AUTÉNTICO ♡♡♡♡♡♡♡